viernes, 18 de noviembre de 2016

El palmito (Chamaerops Humilis).



El palmito, vegetal cuyo nombre hace referencia a la misma denominación que la planta que lo produce, se presenta en los mercados en forma cilíndrica (o troncocónica), irregular, sensiblemente puntiaguda, de cuya extremidad sobresalen alrededor de ocho o diez hojas finas (puede que doce incluso), verdosas, alargadas y puede que cortantes, similares a las de la planta. El tronco, de 8 a 10 cm. de grosor, se envuelve en sucesivas capas fibrosas y peludas, de color marrón claro y anaranjado, que arropan en su interior los tallos tiernos y comestibles, así como las semillas o granos pequeños que es el verdadero fruto del palmito. Dichos granos, cuando están perfectamente desarrollados, se conocen en la región andaluza como «palmichas» y hacen las delicias de los chicos que lo comen como golosina, pese a su aspereza, particularmente por el gusto azucarado que tienen. Durante los meses de invierno, en enero y febrero sobre todo, solían ofrecerlos por las calles vendedores ambulantes, junto a cacahuetes, chufas y algarrobas, una costumbre en desuso actualmente debido a la proliferación de snacks industriales. Los palmitos, puestos en maceración pierden su aspereza y aumenta su dulzura, resultando un postre agradable de sabor azucarado.

Su maduración comienza en diciembre y se mantienen a la venta para su consumo casi hasta finales de abril, dependiendo de la región climática donde se localice. Los tallos se encuentran subterráneos, entre las raíces de la planta que vegeta espontánea en la zona occidental de la flora mediterránea, y es este el motivo por el que la recolección en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz es donde se hace familiar y hasta típico su consumo en tal franja temporal.


Cabe decir que hay que diferenciar entre las distintas especies, aquellas que se producen con fines ornamentales, que son muchas, ya que el palmito como planta es un espécimen muy bello de ver y se ofrece como elemento decorativo para parques y jardines. Estas variantes concretas pertenecen generalmente a los «Trachycarpus» y llegan a comprender cuatro especies extendidas desde el Himalaya occidental hasta Martaban, China y Japón, y sobre todo al género «Chamaerops» de la familia de las palmas.


En América las variantes singularizan de manera distinta a Europa, existiendo varias como son:

- Palmito amargo, nombre vulgar de la «Bactris Ciliata» de Perú.
- Palmito de Cuba, bien conocido en el lugar como «Palmiche» o «Palma real».
- Palmito de Brasil, nombre vulgar de la «Euterpe oleracea», que también se conoce como «Manaca».

Unas y otras crecen espontáneas en el norte de Argentina y en las regiones cálidas de América, siendo, sobre todo en Brasil, muy buscadas las yemas, que se suelen consumir fritas en aceite, siendo una comida tan sabrosa como saludable.


Pero centrándonos en el palmito autóctono, el europeo, la variante predominante es la «Chamerops humilis». Dicho género pertenece a la familia de las Palmas, cuya subfamilia de las «Corifoideas», tribu de las «Sabaleas». Son plantas de poca altura, con una ramificación en matorral, que pueden llegar a alcanzar de uno a cinco metros y cuyo follaje alcanza una longitud de 20 a 40 cm. con espinas en los peciolos. Vive en terrenos secos, calentados por el sol, y los requerimientos térmicos para su desarrollo oscilan en los 30º C, produciendo en estas circunstancias frutos magníficamente desarrollados.


Cabe decir, que las hojas del palmito, bien maceradas, machacadas, peinadas y rastrilladas, se concierten en un producto textil llamado "crin vegetal", que antiguamente era usado en el relleno de colchones, butacas, divanes y demás usos cotidianos en que se emplea el pelote animal. La fabricación de crin vegetal no estuvo ampliamente extendida por toda España de manera uniforme, aunque la demanda tuvo su auge como fibra textil de gran interés, ya que su obtención es sencilla y normalmente genera pocos gastos su procesamiento. Con la fibra de palmito se pueden llegar a fabricar coyundas, serijos, sacos para envase, cordeles, espuertas para contener, livianos sombreros para el verano, esteras y barredoras (escobas comunes).

Membrillo (Cydonia oblonga)


Con un aspecto que suena familiar al de la manzana y en algunas variedades de forma más alargada peduncularmente, dando lugar a un mayor parecido con la pera, pero en cualquier caso de mayor tamaño que todas ellas, posee un color variante entre verdoso y amarillo; de textura externa tanto brillante como áspera y vellosa dependiendo de la variedad. Es un fruto de gran aroma con una excitante fragancia excitante y atractiva, siendo muy escasos los aficionados a tomarla sin manipulación culinaria previa, especialmente por su ácido sabor y carne algodonosa que en ocasiones resulta ser dura e indigesta, puede que antipática al paladar. Su cocinado es muy usado en pastelería y confitería, especialmente cocida y edulcorada, en forma de carne de membrillo dulce, tornándose apetitosa y sabrosa en confitura.

Consumido fresco posee un gran número de características similares a la manzana ácida, destacando su poder astringente, además de otras propiedades tónicas y estomáticas. Por citar un ejemplo, cien gramos de esta fruta posee una composición nutricional de un 71% de agua, un 7,5% de carbohidratos, un 1% de albúminas, un 0,5% de cenizas, un 19% de celulosa (que tiene que ver con su textura algodonosa citada lineas arriba), además de un 0,5% de ácidos.


Su época de producción es anterior a los meses otoñales, se puede encontrar en el mercado durante los primeros días de octubre, con una vida comercial relativamente breve llega hasta los meses de diciembre (fecha prolongable en función de la forma en la que se conserve), aunque es un fruto bastante resistente siempre que su recolecta haya sido de manera sana y en óptimas condiciones. En muchos pueblos del sur peninsular, se tiene la costumbre de guardarlo entre ropa blanca, particularmente en cómodas y aparadores, sobretodo para aprovechar su olor penetrante y perfumado del que hace gala.

El cultivo del membrillo (o membrillero como nombre del árbol), está muy arraigado en diversas regiones, pero más que como cultivo de base se hace como complementario, teniendo cierta importancia comercial en zonas como Valencia, Alicante, Murcia, Extremadura y Andalucía, siendo estos los principales focos productores nacionales; y entre las variedades más cultivadas sobresalen la variedad 'champion', 'de Portugal', de 'Puente Genil', 'Wranja', 'De Anger', 'Membrillo manzana', 'Campeón' y 'Dulce de Persia', todas ellas las más cultivadas.


En cuanto a las aplicaciones de este fruto, cabe destacar la aplicación en la industria conservera, gozando de gran aprecio con miras al sector pastelero-confitero, con gran variedad de preparados, desde confitado, asado, en jalea, en mermelada y por supuesto, en forma de la célebre «carne de membrillo».

Los países balcánicos son los principales productores, ademas del próximo Oriente, donde hay variedades muy seleccionadas que permiten ser comida como cualquier otra fruta sin ese tacto fibroso al paladar. También se encuentra de manera bravía en la isla de Creta, también en los bosques del Cáucaso, asi como por supuesto en el norte de Persia. Su nombre botánico podría corresponder con Cydon, una antigua ciudad de Creta, lugar que desde tiempos mitológicos tuvo gran estima. Ya en época de los grandes descubrimientos geográficos debió cruzar el océano y su cultivo se localizó en la América templada y septentrional, recayendo la mayor producción mundial en Argentina, lugar de gran producción internacional.

Según antiguas y esotéricas creencias medievales, se le atribuye al membrillo la facultad de alejar las malas influencias por lo que recae en este fruto un halo de misticismo y superstición. Los griegos atribuían al membrillo la simbolización del amor y la fecundidad, de tal forma que los recién casados antes de atravesar el lecho nupcial, comían un membrillo; y de igual manera este rito fue puesto en práctica por romanos. Muchos otros historiadores relatan el consumo que los árabes hacían para combatir las enfermedades intestinales gracias a la riqueza en mucílago de sus semillas.


El membrillero es un árbol pequeño, crece como arbusto y puede llegar a alcanzar alturas de hasta tres y cuatro metros, perteneciente a la familia de las 'Rosaceas', y más concretamente al género Cydonia, siendo originario de Irán y Asia Menor, donde sus mejores ejemplares se encuentran en estado silvestre. A pesar de todo llegan a prosperar en casi todas las zonas del mundo, teniendo un cultivo muy sencillo y con gran similitud técnica al cultivo del manzano.

El aguacate (Persea americana)



Un fruto subtropical, ayer casi desconocido en España y que se está haciendo relativamente popular en los últimos tiempos gracias a su presencia continuada en los mercados y, tal vez, a la curiosidad que sus peculiares características sugiere al consumidor quien aun tratándose de un fruto de alto precio, lo compra para percatarse de si en efecto es sólo "una comida" en lugar de tratarse como sería lógico de una fruta o, en el peor de los casos, de una verdura...

Aunque hay numerosas variedades que proporcionan el fruto ovalado o esférico, si queremos describir al aguacate ajustándonos a su aspecto más corriente, habremos de decir que tiene "forma de pera". Su corteza, generalmente leñosa, es de color verde brillante —clara u oscura según la casta a que pertenece—, y su pulpa, mantecosa y compacta, es en algunos casos ligeramente verdosa y casi siempre de color blanco amarillento. En su interior se aloja una gran semilla amarilla, recubierta por una fina capa leñosa de color marrón que la aísla de la carne. Y aunque existen variedades gigantes que producen frutos de dos kilos (muy corrientes en Brasil) , debemos reparar en las variedades comerciales que llenan nuestros mercados, cuyo peso generalmente oscila entre los doscientos y cuatrocientos gramos, que corresponden a las especies más cultivadas.


El nombre español de aguacate, del que ha derivado el inglés "avocado" —como se lo denomina en Norteamérica—, es una corrupción del azteca "ahuacatl" que significa testículo (parece existir una oculta relación entre el nombre aplicado por los aztecas a este fruto y su gran riqueza en "tocopherol" o vitamina E, la vitamina de la reproducción o antiesterilizante).

El aguacate no es una fruta en el sentido vulgar de la palabra, pues carece de los sabores mínimos exigibles más o menos dulces o ácidos de las frutas y, aunque se trata de una verdadera "fruta fresca", su forma de consumirse la aparta de manera terminante de las frutas en general. Incluido en las ensaladas, picado en las sopas, o simplemente extendido sobre una tostada de pan con el aditamento de un poco de sal y zumo de limón, y aun comido cucharada a cucharada en la misma cáscara, partido previamente por la mitad y salándolo ligeramente, de cualquier forma que se consuma, el aguacate tiene mayor relación con todo aquello que va incluido en la acepción de la palabra "comida", que con las frutas en general, siendo aceptable, si acaso, distinguirlo como una auténtica "mantequilla vegetal". Es importante recomendar al no iniciado en su consumo la insistencia en la degustación de este fruto, ya que es muy normal su rechazo la primera vez que se come, y sólo repitiendo llega el paladar á encontrar el delicioso sabor del aguacate. (Algo parecido a lo que sucede con la cerveza o el whisky cuando se bebe por primera vez) .


El valor alimentario del aguacate es muy elevado, ya que ninguna otra fruta fresca tiene un porcentaje de materia seca más alto (un 30%), puesto que el plátano, que le sigue en segundo lugar, sólo alcanza el 25 % . Pero es escasa su riqueza en azúcar y no contiene féculas de ninguna clase; en cambio la proporción de proteínas es la más alta entre todas las frutas frescas (el plátano incluido) . Es digno reseñar que su alto valor nutritivo está marcado por el gran porcentaje de grasa, que alcanza hasta el 30 % en algunas variedades y que es superior al de la aceituna. No existe fruta fresca más rica en grasa, y su aceite, altamente digerible, se encuentra muy raramente en otros frutos, si bien tiene cierta relación con el contenido en el piñón. Cien gramos de pulpa madura suministran al organismo 245 calorías, siendo por ello muy recomendable en la alimentación de los niños. La grasa del fruto resulta un extraordinario alimento para la piel, siendo ésta la razón por la que el aguacate es tan solicitado por los fabricantes de cosméticos. Es muy rico en sales minerales — hierro y cobre—, así como en ciertos ácidos orgánicos como el fólico y también en vitaminas lipo-solubles y en particular en la del sexo (vitamina E) de cuyo contenido se desprende la fama adquirida en ciertos países americanos, sobre todo en México, como fruto altamente "afrodisíaco". Díce Popenoe que, siendo estudiante en México, quiso someterse a una dieta de aguacate para comprobar en propia carne las virtudes alimentarias del fruto; para ello pidió a la dueña de la pensión que le diera de comer durante dos meses seguidos este fruto, de manera única y exclusiva. La respuesta de la buena señora fue colocar al historiador su maleta en la puerta de la calle, mientras le decía que era una mujer muy decente y de muy buena reputación y no podía arriesgarse a vivir en la misma casa, con sus dos jóvenes hijas, en compañía de un hombre que pretendía nutrirse solamente de aguacates.

El aguacate está en el mercado ininterrumpidamente desde septiembre, con las variedades Gema y Bacon procedentes de Canarias, para continuar su estancia hasta julio con Rincon, Ettinger, Fuerte y Hass, siendo esta última, junto a Nabal y Reed las que cierran la temporada, procediendo unas y otras de la Costa del Sol y Canarias.


Aunque la presencia de cualquier fruto exótico está directamente asociada con nuestras Islas Afortunadas y el aguacate es el símbolo más directo de cuantos subtropicales se producen en España, en la actualidad el mayor porcentaje de fruto que se pasea por los mercados procede de ese rincón privilegiado de la península, enclavado en la Costa del Sol, cuyo maravilloso clima y exuberante vegetación cargada de exóticas plantas, ofrece un paisaje al visitante que lo transporta en su recorrido a los más alejados lugares del trópico. Su paradisíaco clima, suavemente bañado por las aguas serenas y templadas del Mediterráneo y acariciado por su generoso sol que, más brillante que en ningún otro lugar, se pasea orgulloso y puntual por la costa en las cuatro estaciones del año, y abrigado por las incomparables montañas de Sierra Nevada manchadas de nieves perpetuas, consiguen entre unos y otros ese gran milagro de nuestra zona subtropical española, que con todo merecimiento ha recibido el sobrenombre internacional de "Trópico de Europa".
Y es que en toda la costa, desde Almería hasta Marbella y pasando por ese privilegiado pueblo que es Almuñécar (pionero indiscutible de cuantos frutos tropicales se producen en la Península), entre infinidad de plantas que evocan tierras calientes en que crecen vigorosas desde las montañas hasta el mar, surge por doquier, con la arrogancia de un dios azteca, nuestro fruto "el aguacate".

Difícil resulta hablar del valor comercial de este fruto en España, cuya expansión se encuentra en los primeros balbuceos y que, como tantas veces se ha dicho, sigue siendo todavía un fruto casi ignorado por estas latitudes. Con una producción cercana a las cuatro mil quinientas toneladas en la actualidad, consideramos que es una cantidad demasiado modesta para enjuiciar su importancia comercial hasta la fecha, y tenemos que atenernos a sus posibilidades futuras que son francamente prometedoras. Y así lo han intuido infinidad de agricultores canarios y andaluces que se esfuerzan cada día en la abnegada tarea de transformar laderas, montes y gargantas, saciando la sed de secanos improductivos y superpoblando de plantas cuantos rincones aparentes encuentran en su zona, esperando que su extraordinario esfuerzo se vea compensado con esas diez mil toneladas que pueden ser una realidad en los próximos cuatro años, y cuyos mercados europeos —ya muy iniciados en el consumo de este exquisito fruto—, aguardan impacientes la llegada de los aguacates españoles, que hoy ya, de manera incipiente, han adquirido un espectacular prestigio en todos ellos, con las tímidas exportaciones efectuadas en los últimos tres años.
Si como se viene demostrando en los diversos cultivos que a título experimental se realizan de manera positiva en todo el litoral mediterráneo, el aguacate prospera felizmente a lo largo de la costa levantina, no consideramos una utopía pensar que en los próximos lustros España se pueda constituir en el primer proveedor de Europa, aportando cantidades superiores incluso al principal suministrador de hoy, que es Israel, ofreciendo asimismo mayor calidad y cantidad que nuestros más directos competidores del futuro, que pueden ser Argelia y Marruecos.


La importancia comercial del fruto en el continente americano es extraordinaria, ya que por su valor nutritivo, apetitoso sabor y su abundancia, es base de la alimentación —substituyendo a la carne— en grandes zonas de la población centroamericana. De Perú para abajo, en la mayoría de los países de Sudamérica, se conoce el fruto por el nombre de palta cuya palabra proviene del idioma quechua y su derivación para denominar al fruto del aguacate es desconocida. Indudablemente es en México donde adquiere el aguacate su mayor dimensión comercial, tanto por la extensión de sus cultivos como por el índice de consumo, siendo obligado mencionar el internacionalmente conocido plato típico mejicano, llamado "guacamole", exquisitamente sabroso, preparado a base de pulpa del fruto machacada, cebolla finamente picada, zumo de limón, sal, pimienta y "chile".

Los principales países productores de aguacate son: México, Estados Unidos (Florida y California) , Antillas, Guatemala, Brasil, Venezuela y, en general, la mayoría de los pueblos centroamericanos, así como Israel, Camerún, Kenya y diversos países del centro y sur de África.
El árbol, también llamado aguacate, pertenece a la familia del laurel (LAURACEAS), género PERSEA. Alcanza alturas de hasta 18 metros y su copa es amplia, con hojas de 10 a 25 cm. y de forma oblonga u oval. Merecen especial mención las variedades cultivadas en Guatemala y México pertenecientes a la especie Persea Gratissima, que se han extendido por las islas del Caribe, Cuba y Colombia.

Aunque resulta difícil conocer de manera real cuál fue la cuna del aguacate, ya que su cultivo proviene de tiempos remotos, lo más probable es que las primitivas plantas crecieran en estado silvestre en los bosques continentales de la América tropical —desde México hasta el Istmo de Panamá— y les correspondiera a los aztecas el haber extraído de ellos, por los clásicos métodos de selección y cultivo, las variedades de fruto comestible, que formaban parte en aquella época de la alimentación humana.
Sabido es que antes de la conquista de América ya estaba extendido hasta el Perú y en tumbas incas se han encontrado reproducciones del fruto en cerámica.

La almendra (prunus dulcis)



Se trata de un fruto-semilla, tal vez el más familiar y popularmente conocido de cuantos frutos secos se cultivan en la Tierra, cuya planta era cultivada ya, y sobradamente conocida, mucho antes de la venida de Jesucristo.
El fruto, cuando todavía se mantiene en el árbol, tiene cierta semejanza con el melocotón, con drupas oblongas, más o menos comprimidas, y el pericarpio carnoso, de color verde grisáceo, que se arruga poco a poco al secarse y va abriendo al madurar. El hueso que encierra en su interior es el clásico almendruco, de cáscara leñosa y dura, muy conocido en los mercados y que aparece a la venta a partir del mes de septiembre de cada año; la semilla o almendra que alberga en su interior el mencionado almendruco, fruto comestible que ofrece un color blanco brillante y un sabor agradablemente dulce, algo gelatinoso, sobre todo después de haberla desprovisto de la pielecilla o cubierta de color rojizo que la envuelve y que contiene materias tánicas.
Como son muchas las variedades que se cultivan, se ha de reparar en las de cáscara dura de una parte y, por otra la mollar o de cáscara frágil, así como las que contienen la. semilla comestible dulce, o las que la contienen amarga, propias éstas para fines industriales.


La almendra es un fruto de gran poder calórico, ya que suele proporcionar 3.500 calorías por kilo; tiene más calcio que la leche y su contenido en hierro es mayor que el de la carne, como mayor es el concentrado de fósforo que posee comparativamente con el huevo a igualdad de peso. Los frutos son suavizantes, calmantes, ligeramente narcotizantes y muy refrescantes, tal como "la leche de almendras", "la emulsión de almendras" y "el sirope de horchata". Sus propiedades, supuestamente conocidas por Hipócrates, fueron reconocidas igualmente por los árabes y extendidas durante toda la Edad Media en todas las farmacopeas oficiales y en la medicina popular.
Es muy importante el valor comercial del fruto en todas las áreas de producción y consumo, tanto por la gran demanda que tiene fresco, frito o salado como en el campo de la repostería, ya que la almendra se presta a infinidad de fabricados, destacando entre ellos la preparación de turrones y azucarados, consiguiendo también principal importancia en la elaboración de caramelos y confites, así como en diversos tipos de horchatas. Su aceite es aprovechado en laboratorios farmacéuticos para el preparado de diferentes medicamentos.


Tan importantes son las plantaciones de almendras en España y tanto su interés comercial, que la superficie actual dedicada a su cultivo es equiparable a la de la naranja, apareciendo en fresco al mercado a partir de octubre y manteniéndose durante todo el Almendra
año al consumo, sobre todo tostadas, siendo la calidad de las producciones españolas superiores a las mejores del mundo. El paisaje que ofrecen los campos dedicados a este cultivo resulta espectacular, debido a su temprana floración y la belleza del colorido de sus flores, pareciendo auténticos jardines ornamentales que, con su presencia a finales de invierno, son el preludio de la inminente llegada de la primavera. Dan abundante fe de ello las plantaciones de Alicante, Granada, Murcia, Castellón, Baleares, Lérida, Almería, Teruel y Málaga, siendo el frutal más representativo de la provincia Alicantina y cuyo mayor porcentaje de fruto cosechado acude puntual a las innumerables fábricas de dulces ubicadas en la zona. Aunque Italia supera a España en volumen de producción, es indudable que la calidad española consigue una más alta estimación, estando consideradas internacionalmente como las mejores del mercado, tanto por el mayor contenido de aceite —lo que la hace más jugosa y suave—, como por el pequeño porcentaje de almendras amargas que los campos españoles ofrecen.
Los principales países productores, en orden de importancia, son: Estados Unidos, Italia, España y Portugal. La producción de los tres primeros países supera el 90 % del total mundial.
Las variedades más producidas en España son: Desmayo largueta, Marcona, Desmayo rojo (éstas de origen español) y Non pareil, Fournat, Picantili, Primorskii, Tardy non pareil, Texas, Tuono, Verdiere y Yaltinskii de origen extranjero.

Aunque la producción está ampliamente extendida por todo el mundo, los cultivos son importantísimos en la Europa meridional y, sobre todo, en Estados Unidos, destacando por su abundancia las plantaciones de California, donde se cosechan más de veinticinco variedades.
La región de origen de la almendra se sitúa en una vasta área que va del Mar Egeo a la meseta de Pamir y que comprende la Mesopotamia, el Irán, el Turkestán y el Kurdistán. Los más antiguos cultivos se sitúan en Persia, Siria y Palestina. De allí pasó a Europa (tal vez a Grecia en tiempos prehistóricos) y de aquí a la América meridional. Una antigua leyenda cuenta que un almendro floreció sobre el cadáver de una de las hijas del Rey Midas, muerta de tristeza por el fallecimiento de su marido.
El árbol donde se produce el fruto es conocido por almendro y su nombre botánico es AMYGDALUS COMMUNIS de la familia de las ROSACEAS; es un bello espécimen de árbol ornamental, sobre todo en la época de floración.

domingo, 2 de octubre de 2016

La carambola (Averrhoa carambola).

Un fruto perteneciente a la flora tropical, de muy bajo consumo en Europa y por tanto apenas conocido, pese a que ocupa un lugar importante en la industria licorera de las zonas tropicales donde se produce.Es la carambola un fruto de color verdoso que amarillea cuando alcanza su mejor estado de madurez, de características afines al pepino, en lo concerniente a la coloración de la piel. Dispone de cinco costillas perfectamente marcadas, aunque poco salientes, ofreciendo una longitud que oscila generalmente entre los 5 y 8 cm.; está dividido también en cinco celdas que contiene cada una varias semillas. Su sabor es ácido como los agrios y desprende un perfume que recuerda al del jazmín.


Pese a que puede consumirse al natural como cualquier otro fruto, su sabor, excesivamente ácido —sobre todo en algunas especies—, no ofrece gran atractivo como postre, razón por la que su principal aplicación la encuentra como aditamento para la preparación de limonadas y bebidas refrescantes y en conserva, resultando un fruto muy decorativo en platos de frutas, cremas, cócteles y ensaladas, sobre todo al ser cortado en rodajas, por la forma de estrella que ofrece en estas circunstancias.
Al igual que los agrios, la carambola es muy rica en vitaminas entre las que destaca la vitamina C.
Aunque raramente, puede encontrarse al consumo en los mercados europeos, procedente de Brasil y de Africa tropical, principalmente en Francia, Alemania e Inglaterra, pero como sucede con la mayoría de los frutos exóticos, su consumo responde más al esnobismo de los compradores que a los valores gustativos del fruto cuando es comido al natural. Su estancia en los mercados se limita a los finales de invierno, o bien al inicio de la primavera.


La carambola puede producirse en todos los países de la ancha faja del trópico, pero las principales producciones se encuentran en Brasil, tal vez motivadas por la gran afición que en aquel país se tiene a las bebidas refrescantes, en forma de zumos de frutas, donde la carambola ocupa un principalísimo lugar.
La carambola, AVERRHOA L. es un género de plantas pertenecientes a la familia de las OXALIDACEAS, constituido por plantas arbóreas con las hojas alternas imparipinnadas y sin estípulas; ofrece flores regulares y hermafroditas, dispuestas en racimos terminales apanojadas. Comprende dos especies que se cree originarias de las Indias Occidentales y se cultivan en los países tropicales.
AVERRHOA BILIMBI, es un arbusto bastante elevado, con las ramas delgadas, hojas alternas, compuestas de 9 a 10 foliolas aovado-acuminadas pubescentes; flores
de color purpúreo.
AVERRHOA CARAMBOLA (CARAMBOLERO) , llamada también por los indígenas blimbing-bula . Debió ser originaria de alguno de los países del trópico americano, tal vez de Brasil.