viernes, 18 de noviembre de 2016

Membrillo (Cydonia oblonga)


Con un aspecto que suena familiar al de la manzana y en algunas variedades de forma más alargada peduncularmente, dando lugar a un mayor parecido con la pera, pero en cualquier caso de mayor tamaño que todas ellas, posee un color variante entre verdoso y amarillo; de textura externa tanto brillante como áspera y vellosa dependiendo de la variedad. Es un fruto de gran aroma con una excitante fragancia excitante y atractiva, siendo muy escasos los aficionados a tomarla sin manipulación culinaria previa, especialmente por su ácido sabor y carne algodonosa que en ocasiones resulta ser dura e indigesta, puede que antipática al paladar. Su cocinado es muy usado en pastelería y confitería, especialmente cocida y edulcorada, en forma de carne de membrillo dulce, tornándose apetitosa y sabrosa en confitura.

Consumido fresco posee un gran número de características similares a la manzana ácida, destacando su poder astringente, además de otras propiedades tónicas y estomáticas. Por citar un ejemplo, cien gramos de esta fruta posee una composición nutricional de un 71% de agua, un 7,5% de carbohidratos, un 1% de albúminas, un 0,5% de cenizas, un 19% de celulosa (que tiene que ver con su textura algodonosa citada lineas arriba), además de un 0,5% de ácidos.


Su época de producción es anterior a los meses otoñales, se puede encontrar en el mercado durante los primeros días de octubre, con una vida comercial relativamente breve llega hasta los meses de diciembre (fecha prolongable en función de la forma en la que se conserve), aunque es un fruto bastante resistente siempre que su recolecta haya sido de manera sana y en óptimas condiciones. En muchos pueblos del sur peninsular, se tiene la costumbre de guardarlo entre ropa blanca, particularmente en cómodas y aparadores, sobretodo para aprovechar su olor penetrante y perfumado del que hace gala.

El cultivo del membrillo (o membrillero como nombre del árbol), está muy arraigado en diversas regiones, pero más que como cultivo de base se hace como complementario, teniendo cierta importancia comercial en zonas como Valencia, Alicante, Murcia, Extremadura y Andalucía, siendo estos los principales focos productores nacionales; y entre las variedades más cultivadas sobresalen la variedad 'champion', 'de Portugal', de 'Puente Genil', 'Wranja', 'De Anger', 'Membrillo manzana', 'Campeón' y 'Dulce de Persia', todas ellas las más cultivadas.


En cuanto a las aplicaciones de este fruto, cabe destacar la aplicación en la industria conservera, gozando de gran aprecio con miras al sector pastelero-confitero, con gran variedad de preparados, desde confitado, asado, en jalea, en mermelada y por supuesto, en forma de la célebre «carne de membrillo».

Los países balcánicos son los principales productores, ademas del próximo Oriente, donde hay variedades muy seleccionadas que permiten ser comida como cualquier otra fruta sin ese tacto fibroso al paladar. También se encuentra de manera bravía en la isla de Creta, también en los bosques del Cáucaso, asi como por supuesto en el norte de Persia. Su nombre botánico podría corresponder con Cydon, una antigua ciudad de Creta, lugar que desde tiempos mitológicos tuvo gran estima. Ya en época de los grandes descubrimientos geográficos debió cruzar el océano y su cultivo se localizó en la América templada y septentrional, recayendo la mayor producción mundial en Argentina, lugar de gran producción internacional.

Según antiguas y esotéricas creencias medievales, se le atribuye al membrillo la facultad de alejar las malas influencias por lo que recae en este fruto un halo de misticismo y superstición. Los griegos atribuían al membrillo la simbolización del amor y la fecundidad, de tal forma que los recién casados antes de atravesar el lecho nupcial, comían un membrillo; y de igual manera este rito fue puesto en práctica por romanos. Muchos otros historiadores relatan el consumo que los árabes hacían para combatir las enfermedades intestinales gracias a la riqueza en mucílago de sus semillas.


El membrillero es un árbol pequeño, crece como arbusto y puede llegar a alcanzar alturas de hasta tres y cuatro metros, perteneciente a la familia de las 'Rosaceas', y más concretamente al género Cydonia, siendo originario de Irán y Asia Menor, donde sus mejores ejemplares se encuentran en estado silvestre. A pesar de todo llegan a prosperar en casi todas las zonas del mundo, teniendo un cultivo muy sencillo y con gran similitud técnica al cultivo del manzano.

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